domingo, 25 de octubre de 2009

El ángel de Spies

Ben Spies ya puede respirar tranquilo. A estas horas, el piloto texano de Yamaha en Superbikes es oficialmente el campeón del mundo. Su última carrera, en Portimao, no ha sido todo lo brillante que a algunos nos gustaría, pero es lo que hay. 'Elbows', en el fondo, es un chaval de 26 años al que también le tiemblan las piernas (y las manos) de vez en cuando.

Seguramente ahora esté celebrándolo con los suyos: con su equipo, con su madre y con su padrino, Kevin Schwantz. Y seguramente también, se estará acordando de aquellos días aciagos donde solo éste último creía que llegaría tan alto como lo ha hecho. Porque sí, Spies también lo ha pasado mal. Muy mal me atrevería a decir.

Escuchando la retransmisión de Eurosport me he enterado de una de esas historias que ponen el vello de punta. Ben Spies empezó a correr con cinco años, pero cuando era sólo un adolescente tuvo un gravísimo accidente con la moto. Salió de él con lesiones de consideración, entre ellas, importantes quemaduras por rozamiento. La recuperación no fue fácil. En medio de ese calvario el chaval y su madre decidieron, de manera tácita, que aquello se tenía que acabar.

Sin embargo, hay gente que tiene un ángel de la guarda detrás, y el de Spies se llama Kevin Schwantz. El mítico piloto siguió en la sombra la recuperación de su pupilo y cuando vio que no le quedarían secuelas físicas inició su particular batalla: convencer al chaval de que se subiera a la moto, y a su madre de que lo dejara. No sé si le costó o no, pero me imagino que la tarea no fue fácil.

Hoy, esa madre y Schwantz se han abrazado nada más ver cómo Spies llegaba a meta. con el título en el bosillo. La temporada que viene quizá lo vuelvan a hacer, pero esta vez, en Moto GP. Bienvenido, Elbows. No podía ser de otro modo.

lunes, 10 de agosto de 2009

La vuelta al hogar

La vuelta al hogar tuvo sus momentos.


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En realidad, no era una etapa dura, y si nos cansábamos, siempre nos quedaba la autopista, así que improvisamos. Salimos de Sos por la A-127 rumbo a la N-240, que teníamos que coger en Liédena. De allí, no quedaba nada hasta Pamplona (y además es la A-21), así que decidimos volver sobre nuestros pasos en la segunda etapa y disfrutar de las vistas del embalse de Yesa.

(Dos imágenes del embalse de Yesa./ Olympus Micra)

La carretera es muy buena, aunque en la presa están en obras y si es día laborable hay tráfico intenso de camiones. Sin embargo, merece la pena comerse un poco de humo para ver el Mar de los Pirineos, donde, además, se puede navegar. En algunos tramos, también fuimos testigos de cómo avanzan los trabajos de la autopista que unirá Pamplona y Jaca. En Escó dimos la vuelta para retomar la ruta a casa.

Desde Liédena hasta Pamplona, fuimos por autopista. Y en la capital navarra tomamos el desvío por la AP-68 hacia Vitoria. El trayecto es de sobra conocido para nosotros y podríamos haber cogido alguna comarcal, pero el tiempo en la zona vasca amenazaba lluvia y quisimos evitar mojarnos. Eso sí, como no queríamos llegar a casa para comer, hicimos una parada 'de lujo' para despedir el viaje.

(Entrada al Parador de Argómaniz./ Olympus Micra)

Hace tiempo que teníamos ganas de conocer el Parador de Argómaniz, que había estado cerrado por reforma durante meses. Decidimos darnos un pequeño homenaje gastronómico, como corresponde a todo viaje motero (jajaja) y comimos en este palacete renacentista. Recomendable, sin duda. No me extraña que fuera aquí donde dice que Napoleón repuso fuerzas antes de asaltar la ciudad de Vitoria. El lugar, además, es una delicia: desde el edificio se ve la ciudad, que está a unos diez kilómetros, pero la zona es tranquila no, lo siguiente... Vamos, para sestear a gusto en la terraza de la cafetería.

(Terraza de la cafetería del Parador de Argómaniz./ Olympus Micra)

domingo, 9 de agosto de 2009

A-2602. ¿Un buen lugar para quedarse sin gasolina?

Si ayer era la 'Tourpirenaica', hoy podríamos hablar de 'Maratopirenaica'. El martes tenemos que estar en Santander, así que hoy teníamos que acabar en un lugar a medio camino entre Vielha y Bilbao. El elegido ha sido Sos del Rey Católico, donde hay un parador precioso que hemos elegido como nuestro 'descanso del guerrero'. Sin embargo, no queríamos dejar los Pirineos sin peregrinar hasta Motocard. Y eso está en Andorra, concretamente en La Margineda. Así que ya os imaginais lo que hemos hecho ¿no?

El primer trayecto no ha tenido complicación. Lo primero ha sido subir el puerto de la Bonaigua. Después de años de hablar de él, por fin lo he conocido. Y confieso que me estaba impresionando, pero menos... hasta que lo hemos coronado y ha tocado descender... ¡¡Qué gozada!! Una carretera recién arregladita que enlazaba horquillas como trenzas... Sin palabras.

(El valle, visto desde la carretera que sube a la Bonaigua./ Olympus Micra)

Luego, hemos ido hasta Sort, donde sí, había cola para comprar décimas en La Bruixa d'Or, pese a ser domingo. Y hemos subido el Col del Cantó. Es un puerto maratoniano, porque es muy muy muy muy largo. El desnivel que se libra es interesante, pero no hay cuestas de gran porcentaje porque el paso entre un valle y otro se hace por las laderas de las montañas, buscando el lugar más sencillo. Los que estéis cerca de Lérida, apuntaros esta ruta, porque merece la pena:


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Una vez pasado el Cantó, se llega rápido hasta La Seu d'Urgell, y justo antes de entrar en el casco urbano está el desvío hacia Andorra, que dista apenas 10 kilómetros. La Margineda queda muy cerca de la frontera. Para los cotillas: sí, caímos en la tentación y se vino con nosotros una cazadora Dainese de verano.

Una vez cumplida nuestra misión (mantener el Principado gracias al consumo del turismo) y después de haber comido (¡¡por fin un sitio donde un sandwich vegetal es eso, vegetal, y no lleva kilos de mayonesa!!), pusimos rumbo a nuestro destino definitivo: Sos del Rey Catolico. Por delante nos quedaban 368 kilómetros.


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Volvimos a Sort por el Cantó y una vez allí tomamos la N-260 en sentido Tremp. Ésta nos llevó a pueblos muy curiosos, como Gerri de la Sal (que se llama así por sus salinas, conservadas hasta nuestros días), donde los tejados habían vuelto a ser de teja, y nos mostró paisajes muy bellos.

(Gerri de la Sal./ Olympus Micra)

Sin embargo, la sorpresa nos la dio la carretera entre Tremp y Puente de Montañana, la C-1311. A partir de esta localidad, donde sí que hay un puente que sirve de límite entre las provincias de Lérida y Huesca, tomamos la N-230 para luego seguir por la N-123 a partir de Benabarre hasta Barbastro, donde retomamos la N-240 hasta la capital oscense.

(Vista desde la c-1311, entre Tremp y Puente de Montañana./ Olympus Micra)

El tramo por la N-123 fue llanamente espectacular. Lo haría mil millones de veces. Es un desfiladero precioso, el río baja por un cañón digno de ver y hay varios miradores a los que se accede con facilidad desde la vía que descubre la espectacularidad del paisaje. Uno de ellos es el de Olvena, que aunque obliga a desviarse del camino, tiene pinta de ser muy recomendable. Está en el pueblo, pero en una colina que se sube por un empinado y escalonado camino. Evidentemente yo no subí: la ropa de moto es demasiado... Pero me quedé con las ganas.

(El cañón desde la N-123./ Olympus Micra)
(Vista del cañón desde la carretera que va hacia Olvena./ Canon EOS 400 D)

Desde Huesca ciudad, cogimos la A-132 hasta Bailo. Es una carretera muy cómoda y se llega en nada. Aunque hay tramos más lentos porque, como siguen el cauce del río, es más sinuosa. Desde esta vía, además, se pueden obtener unas grandes vistas de los Mallos de Riglos: los escaladores los conocerán bien, para los demás, son unas imponentes agujas de conglomerado que se alzan desafiantes en una ladera (Wikipedia los define mejor).

(Los mallos de Riglos./ Olympus Micra)

A partir de Bailo teníamos dos opciones: seguir por la N-240 o tomar una vía aparentemente más directa hasta Sos, para no dar mucha vuelta. Y digo aparentemente porque, en realidad, no sé que hubiera sido 'peor'. Teníamos gasolina, justa, pero teníamos. Sin embargo, el tramo de ¿35 kilómetros? por la A-2602 puso a prueba nuestros nervios. La comarcal es lenta: piso irregular, asfalto antiguo, sin señales verticales y casi horizontales... Y se convierte en una mini montaña rusa que sube y baja puertos de poca altura, pero remontados a base de curvas y horquillas. Hubo momentos en los que pensé que no se acababa nunca. Y por nuestras cuentas, el tanque de la moto debía estar bastante vacío.

Después de un trayecto contando los mojones de la carretera (en un intento desesperado por calcular si nos llegaría con lo que nos quedaba de combustible), encontramos el desvío que teníamos que tomar por la A-1601 hasta Sos. Era todo cuesta abajo hasta los pies de un pueblo que yo pensaba que era nuestro destino, así que respiré: si nos quedábamos secos. podríamos bajar como en bici ¿no?.. Jajajajaja. Pero ese pueblo no era, obviamente, Sos. Al llegar, una señal nos indicaba que teníamos que remontar otra pequeña colina... Y luego otra más... Se nos hizo eterno. Al final, llegamos a un nuevo desvío desde donde se veía esto:

(Vista de Sos del Rey Católico./ Canon EOS 400 D)

Entonces, nuestra misión era encontrar la gasolinera... Porque, cruzábamos los dedos, confiabamos en que hubiera una ¿dónde iban a repostar, si no, los vecinos de Undués-Pintano?.. Y cuando ya dábamos por perdida la guerra (no avistábamos ninguna a ojo y el pueblo estaba en un alto que no parecía tener lugar para tal infraestructura), se apareció ante nuestros ojos esto:

Así que allá que fuimos. Casi beso a la señora de Repsol. La sorpresa fue cuando nos llena el depósito y ¡¡no entran más de 12 litros!! En fin, si lo sé, no sufro...

sábado, 8 de agosto de 2009

'Tourpirenaica'

Altos Pirineos, allá vamos... Con esta idea en la cabeza me levanté hoy. Tenía muchas ganas de que llegara este día porque hoy tocaban puertos míticos que sólo conozco del Tour, así que os podéis imaginar que me lo he pasado cual cochino en barro, pese a que al final de la jornada nos hemos mojado un poco.


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Nuestro primer reto era el Portalet. La subida fue de lo más agradable. La A-136 es una carretera muy cómoda, aunque el frío no le ha tratado muy bien el pasado invierno. Remonta el cauce del Gállego, y a la altura del desvío al pueblo de Panticosa (precioso, por cierto), después del embalse del Búbal, se vuelve más abrupta y bella. Unos kilómetros más arriba, superada las hoces, se vuelve a encontrar con otro embalse, el de Lanuza.

(Embalse de Lanuza./ Canon EOS 400 D)

A partir de aquí continúa la ascensión al Portalet por Formigal, pueblo y estación de esquí, que en esta época del año es territorio del pastoreo. No es una ruta muy sinuosa ya que la vía está muy acondicionada y ensanchada para facilitar el tráfico en invierno. Sin embargo, una vez que llega la frontera con Francia, la cosa cambia.

(Rebaño de ovejas en la parte española del Portalet./ Olympus Micra)

La A-136 se convierte en la D934, más estrecha, como corresponde a una carretera de montaña. El descenso por ella es prolongado y muy bello: las cumbres se engrandecen, desaparecen los árboles y arbustos, y en algunas curvas saludan carteles de venta de queso casero, que coinciden con la aparición de alguna granja cercana. A nosotros, además, nos tocó disfrutar del paisaje con jirones de niebla.

Casi en las faldas francesas del Portalet está Les Eaux-Chaudes, un pueblo balneario que sorprende por sus paredes blancas y que da paso a un desfiladero precioso que a nosotros se nos terminó unos diez kilómetros más abajo, justo donde tomamos el desvió hacia Eaux Bonnes, por la D918, la puerta hacia el Col del Aubisque.

La ascensión hacia esta cumbre mítica me impresionó mucho más que las anteriores. Hay curvas muy cerradas, con una carretera muy estrecha y que dejan a uno de sus lados desafiantes precipicios verdes. En nuestro caso, también blancos porque en esta zona sí que había bastante bruma, aunque bastante menos que la del día anterior en la zona de Irati.

(Las bicicletas del Aubisque./ Canon EOS 400 D)

Me hizo gracia que en la cima (1.709 metros) hubiera chiringuitos para tomarse algo y comprar ropa de abrigo, aunque, la verdad, estaba lleno de turistas. Alguno, con problemas mecánicos, por cierto. Tiene que ser una auténtica putada pinchar y tener que cambiar la rueda ahí arriba, como le pasó a unos ¿alemanes? que iban en monovolumen. Otros, cuando se bajaban del coche se ponían a hacer estiramientos... No me extraña.

De ahí pusimos rumbo a Soulor. En la pequeña bajada para enlazar los puertos nos adelantaron un grupo de motoristas a los que daba gusto ver tomar las curvas. La verdad es que se les notaba la pericia hasta que la niebla tomó la carretera y no les volvimos a ver. Y en seguida, comenzó la ascensión a Soulor, que me impresionó muchísimo porque la carretera bordea la montaña y siempre tienes a la izquierda un importante desnivel amenazante. Esto también te permite ver la amplitud del paisaje pirenáico francés.

(Camino hacia Soulor./ Olympus Micra)

Desde aquí, el largo descenso hasta Argelès-Gazost permite observar cómo se transforma el pasiaje y la flora según se baja altura: de praderas peladas por el ganado se pasa a zona de arbustos y de ahí a tupidos bosques de hoja perenne hasta que se llega a los valles, donde se abren las llanuras y aparecen los pueblos de tejados de pizarra.

El siguiente puerto era el mítico Tourmalet. ¡Menuda ascensión! En Luz-Saint-Sauveur, donde paramos a comer ligero, vimos que probablemente habría niebla. Es más, la camarera del bar donde nos paramos nos los dijo. Sin embargo, erró. Como en los anteriores puertos, sólo algunas partes eran ciegas. Y, además, no hacía nada de frío.

(La carretera que serpentea hacia el Tourmalet, desde la cima./ Olympus Micra)

Me impresionó mucho la subida. Y sobre todo, que haya autobuses que se aventuren por la estrecha carreterita que sube a la cima. Sí, nos tocó uno polaco al que adelantamos (dicen que sin problemas, pero yo cerré los ojos, jajajaja). Arriba había mucha gente y hasta sol. Desde luego, no era una ruta 'original'. Eso sí, el Tour ya no volverá a ser lo mismo.

Después de esto nos quedaba el Aspin y el Peyresourde. Este tramo fue bastante divertido. Acababa de llover y todo brillaba gracias al claro que se había abierto entre las nubes, así que os podéis imaginar la intensidad de los diferentes tonos de verde del paisaje. Había que ir con cuidado porque el asfalto estaba bastante mojado y porque había 'moros en la costa'.

(Vacas en la carretera que sube al Col d'Aspin./ Olympus Micra)

O mejor dicho vacas en la carretera. En mitad, concretamente. Y sin intención de moverse. Se armó una pequeña caravana y fue genial el intento de algunos coches por pitarlas para que se apartara. ¡Ay, pequeño saltamontes, éstas se mueven sólo cuando les conviene... o las arreas! Al final, les pareció que el sitio se había masificado y se dieron el piro... Quizá también leyeron el pensamiento de algunos.

Para entrar en España de nuevo, elegimos la ruta que nos llevaba hacia el Portilhon. Y ahí sí que hacía un poco de frío. Se conoce que el día había sido bastante feo. Como me estoy alargando mucho, no quiero contar demasiados detalles sin trascendencia. Sólo voy a decir que una vez pasados los otros, éste se me hizo de juguete, aunque la bajada se las traía. ¡Qué larga! Ya a los pies, empezó a llover, así que cogimos carretera y manta y llegamos a Vielha.

El pueblo me gustó mucho. Quizá esperaba menos y por eso, en el paseo de rigor antes de la cena, me quedé prendada. Me gustó especialemente un rincón que dicen que es el más viejo del lugar. Había dos bares muy curiosos. Nosotros elegimos el segundo, donde acaba el callejón. Era un sitio tranquilo donde, además, pinchaban música muy agradable, pero no me acuerdo del nombre...

(El rincón más viejo de Vielha./ Olympus Micra)

viernes, 7 de agosto de 2009

Cosiendo Francia y España

En vacaciones no me cuesta madrugar. Es curioso. Hoy estaba en pie a las ocho y media... Y tan feliz. Bueno, feliz hasta que abrí la ventana y me percaté de que el tiempo no iba a ser taaaan bueno como yo esperaba. Hoy lo previsto era enlazar puertos entre Navarra y Francia para luego llegar a Huesca. Y así fue... pese a la lluvia y la niebla.

Desde Arizkun hemos ido por Erratzu para subir el puerto de Izpegi (672 metros). La ascensión ha sido preciosa y larga, aunque tal y como hacía prever el cielo, nos cayó la nube encima. Realmente no nos llovió, pero la niebla estaba baja y hubo tramos donde no se veía el final de las curvas. Fue divertido: no sabías cuando ibas a parar de subir. Ni Michael Landon en ‘Autopista hacia el cielo’.

(Puerto de Izpegi./ Olympus Micra)

El descenso por la vertiente francesa nos deparaba mayores sorpresas: para empezar, estaba más despejado, lo que nos permitió disfrutar del paisaje. Las montañas se hacían bien visibles, rematadas en pico, como cuando las dibujamos siendo niños. Y los colores... tierras, arcillas, verdes intensos y amarillos. La combinación perfecta.

Eso sí, el asfalto era algo peor y no había que perder ojo de la carretera por si te encontrabas con tráfico extraño tal como vacas, caballos o cabras. Éstas últimas doy fe de que son, llamémoslas, tranquilas: se tumban en la carretera y esquívalas tú, que a ellas les da la risa. Al menos no haen como los perros, que se acercan a ladrar.

(Cabras en la carretera que desciende del Izpegi a Baigorri./ Olympus Micra)

Abajo ya queda el País Vasco francés, una zona preciosa donde no hay que perderse Saint-Etienne-de-Baïgorry y, sobre todo, Saint-Jeann-Pied-de-Port. En esta última localidad están en fiestas hasta el domingo (y vuelven a estarlo a partir del 15), así que de aparcar ni hablamos (suerte que nosotros en un paseo podemos volver).

(Fachada de Baigorri./ Olympus Micra)

No hay que perderse el caso viejo y un puente desde donde se ve (gracias, Wikipedia) el río, Nive, encajado entre los edificios de piedra y sorteado por otro puente más antiguo, de estilo medieval. Es una vista muy parecida a la que se obtiene desde otra calle de Durango, en Vizcaya. Ah, y hay un Lidl, por si algún motero no encuentra excusa para hacerse un paseíto hasta esta zona...

Desde ahí, la idea era acercarnos a Navarra por Larreau. En medio queda el bosque de Irati. Y poco puedo decir de él, porque la niebla y la lluvia no permitían ver el paisaje. Sí aseguro que el paseo por el Col d´Haltza (782 metros), el de Berdincurutcheta (1135 metros) , el Les Chalets d'Iraty (1284 metros) y el Bagargui (1327 metros) merecen la pena: van todos seguiditos sin descensos prolongados (si es que llega a haberlos).

Entre los dos de en medio hay un lago precioso y ya subiendo a Les Chalets hay otro más pequeño y una zona de acampada que con buen tiempo tiene que ser una delicia. De esta zona no habrá fotos, no me fío de que la cámara que llevo al cuello sea todo lo 'waterproof' que dice... El último paso es el que ya baja a Larreau, donde se enlaza una nueva subida hasta el Col de Erroymendi (1362 metros) y el puerto de Larreau (1573 metros).

El último trayecto se me hizo un poco largo por la niebla. Apenas veía nada a los lados y delante había zonas donde no había visibilidad más allá de los 200 metros. Creo que aún así el paisaje era muy bonito, pero sólo puedo hablar de lo que supongo después de bajar hacia el valle del Roncal. Qué amplitud de valles y qué primorosos bosques de pino. El tiempo mejoró tanto que hasta sobraba alguna prenda que otra, y no hay nada como un poquito de sol para olvidarse de las manos mojadas (guantes de verano, querido Watson).

(Una calle de Isaba, con el camión-supermercado./ Olympus Micra)

El trayecto hasta el pueblo de Roncal es bello y rápido, la NA 140 y la NA 137 están perfectas, salvo alguna travesía estrecha por las casas. Nosotros paramos en Isaba para comer, otra joyita de pueblo, pero casi sin darte cuenta cruzas la frontera entre Navarra y Aragón, y te plantas en Jacetania. De esta zona hablaré con más detalle, porque merece la pena. La carretera (A 137) pespuntea un desfiladero precioso que se abre a una llanura de un amarillo intenso.



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A partir de Burgui, cogimos la N-240 en el extremo más oriental del Mar de Aragón y nos plantamos primero en Jaca, luego en Sabiñánigo y en dos minutos en Senegüé, donde hoy descasamos en el Hotel Casbas, un dos estrellas muy práctico y acogedor. Hoy la cerveza con limón estaba más que ganada. Por cierto, del pueblo, Senegüé, hablaré más adelante, porque el paseo por él antes de la cena ha sido muy grato y productivo.

(Una casa en Senegüé./ Canon EOS 400 D)

jueves, 6 de agosto de 2009

On the road

220 kilómetros. Esta es la tarjeta de presentación de la primera etapa de mis vacaciones. El propósito de este año era hacer una transpirenaica, y en ello estamos. Esta mañana salimos de Bilbao y a estas horas, reposo la cena en Arizkun, un pueblecito muy coqueto del valle del Baztán. Entre tanto han pasado curvas, muchas curvas, subidas, bajadas, baches, coches, fronteras y bosque, también mucho bosque.


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Confieso que no he madrugado. Los viajes en Antígona, una BMW F800 S, no tienen el componente maratoniano que tenían los de Estela, una YBR 125. Así que me he permitido el lujo de salir de casa a las 11:30 horas. ¿Rumbo? Las Vizcaya y Guipúzcoa profundas. La ruta para llegar a Arizkun no ha sido por la costa, el camino hasta Hondarribia es precioso, pero lo hice este invierno.

Sin embargo, el camino que sigue la N 634 hasta Elgoibar es muy entretenido. Pueblos atravesados por una carretera que miran hacia ella y comparten los huertos y los portales con los vehículos. A partir de ese puntto, la GI 2634 lleva hasta Tolosa, la capital histórica de Guipúzcoa mostrando las entrañas de la provincia, hechas de caseríos y empresas relacionadas, sobre todo, con el metal.

Esta carretera te lleva, además, a la basílica de Loyola, donde cada 31 de julio se hace una misa por el fundador de la Compañía de Jesús y patrono de Vizcaya y Guipúzcoa: San Ignacio. La sociedad vasca, aunque a priori no lo parezca, tiene cierta devoción religiosa que se ve hasta en el mundo de la política. A la Eucaristía en Loyola suele ir el lehendakari, además de otros representantes institucionales.

A partir de Azpeitia, la GI 2634 se hace más pequeña. Son sólo 12 kilómetros. Pasa por Errezil. Y sube hasta los puertos de Iturburu y Bidania. El trayecto es impresionante. Parece un valle perdido. De esto, hablaré a la vuelta, porque tiene un post... Y además ilustrado.

(Entrada al pueblo de Errezil./ Olympus Micra)

Una vez en Tolosa, hay que poner rumbo a Leiza por la GI 2130. Nosotros comimos en este pueblo ya navarro. Justo en la carretera, frente al parque de bomberos está el Restaurante Sagardi, un lugar sin pretensiones donde dan comida casera a muy buen precio. Hay menú del día por diez euros y es generoso. A mí me encantaron las espinacas, pero me consta que la ensaladilla es de sobresaliente. Por cierto, que nos encontramos con un grupo de moteros catalanes...

A partir de ahí, nuestra intención era llegar a Sare, Francia, pero por Bera del Bidasoa (N 121 A). Sin embargo, nuestra habilidad para encontrar obras nos hizo desviarnos en Etxalar... Todo un descubrimiento. Y seguir por la NA 44OO. Para luego coger la D4 en Francia. Justo en la frontera está el Puerto de Lizarietta, un buen lugar para tomarse un café mientras ojeas cómo los pasos fronterizos se hacen historia.

(Una calle de Etxalar./ Olympus Micra)

De ahí, pusimos rumbo al Baztán y a la casa rural donde nos quedamos. Zilbetinea, en Arizkun. Una edificación de 1904 que asemeja a las casas de los indianos y que está en la plaza del pueblo. Las vistas son una pasada y por dentro es como una caja de sorpresas. La verdad es que el lugar es de postal, y a quien le guste la arquitectura tradicional se lo puede pasar en grande. Además, no necesitas moverte del pueblo para cenar o tomar algo. Modesto, eso sí. Las estrellas Michelín, para otro viaje.

(Casa rural Zilbetinea, en Arizkun./ Olympus Micra)

viernes, 24 de julio de 2009

A-8

En verano hay una cosa que me ha encantado desde siempre cuando iba en coche: poner música, bajar las ventanillas y cantar. Una de las desventajas de ir en moto, pensaba yo, era precisamente que, salvo en las mastodónticas touring, eso no lo iba a poder hacer... Pero hete aquí que no. Midland Radio se ha encargado de que esto no sea así. Sus intercomunicadores para cascos BT2 permiten, entre otras muchas cosas, conectar el ipod o el mp3 para amenizarte el viaje.

Si el modelo anterior me parecía genial sin tener esta opción, este ni os cuento. Así que ni corta ni perezosa me he puesto manos a la obra para hacerme unas buenas listas de reproducción. Después de millones de descartes, ya he preparado la primera. Se llama A-8. Y obviamente tiene que ver mucho con esta 'gran' autopista que siempre, siempre, siempre tiene atascos, al menos a la hora de entrar en Bilbao. Y claro, como no hay muchas opciones para llegar... Pues caemos todos como moscas.

¿Listos para entrar en la jungla?


  1. Bulls on Parade. Rage Against The Machine
  2. Stop The Rock. Apollo 440
  3. Capitán en alta mar. Chucho
  4. Whatever Happened To My Rock&Roll. Black Rebel Motorcycle Club
  5. Love Will Tear Us Apart. Joy Division
  6. Rebel. David Bowie
  7. Matinee. Franz Ferdinand
  8. Day Dream. Fromheadtotoe
  9. Seek and Destroy. Metallica
  10. Todo puede cambiar. Manta Ray
  11. Head on. The Jesus and Mary Chain
  12. Radio Heart. The Futurheads
  13. Wave Of Mutilation. Pixies
  14. Cherub Rock. Smashing Pumpkins
  15. Very Ape. Nirvana
  16. Juicebox. The Strokes
  17. Yahweh. U2
  18. Bullets. Editors

Bonus track*
Lump. The Presidents Of The United States of America

domingo, 5 de julio de 2009

Confesión

Soy 'lorenzista', lo confieso. Al menos durante esta temporada. Me cae simpático el tío... Y me parece que le gusta lo que hace. Sí, sí, lo sé. Tiene un montón de puntos negros, entre ellos, su prepotencia; pero qué le vamos a hacer, es un tipo con arrestos y 'jeta', lo que le otorga cierta gracia. Hoy, por ejemplo, cuando se ha caído la segunda vez y ha intentado caminar lo ha demostrado. Más lo primero que lo segundo.

A estas horas no tengo ni idea de si tiene una lesión y de su gravedad, pero a juzgar por su fea caída, parece que su rodilla ha recibido un buen golpe. Tanto que le costaba mantenerse en pie. Pero lo ha intentado: no una ni dos veces, sino tres, hasta que casi se cae de culo. Y qué queréis que os diga... Probablemente no me gustaría tenerlo como rival ni compañero de trabajo, pero para verlo en la tele y sobre la Yamaha, sí.

Más en Laguna Seca, mi circuito preferido. Me encantan sus ondulaciones, es espectacular. Y el año pasado nos brindó uno de los mejores adelantamientos de la historia (por mucho que Dennis Noyes diga que fue un error): el de Rossi a Stoner mordiendo el polvo. Tengo ganas de ver qué pasa mañana: aunque sospecho que vea la salida en el trabajo y el final en casa.

jueves, 2 de julio de 2009

Petrol man


Mono de Alpinestar Racing Replica R, 1.599 euros; guantes Alpinestar GP Tech N, 199 euros, Aprilia RSV4, 30.000 euros... Que se te quede el depósito seco en la última vuelta no tiene precio. Y si no, que se lo digan al equipo de Max Biaggi en la carrera de Superbikes de este fin de semana.

Donington Park. Primera manga. Biaggi era segundo y sólo faltaba una vuelta. Podía, incluso, intentar rebasar a Ben 'Elbows' Spies. Pero de pronto, un gesto raro. Agita la moto hacia los lados. Pierde velocidad. Se queda clavado durante un interminable segundo. La cámara enfoca al box. Se echan las manos a la cara. ¿Se ha quedado seco? Plano de nuevo de Biaggi. No, pero casi.

El italiano meneó con exasperación su Aprilia RSV4 y al final pudo llega a meta... segundo. Casi un triunfo. Así que os podéis imaginar su alegría y, sobre todo, la de su equipo. Si es que no hay peor cosa que quedarse sin gasofa. Y si no, que se lo pregunte a Spies.

martes, 23 de junio de 2009

'Pilotas'

Algo está cambiando. Hace unos días, hojeando una revista me encontré con la recomendación de un 'scooter'. Muy mono y muy 'vintage', al estilo de una Lambretta, pero japonesa y más moderna. La cosa no pasaría a mayores si la revista hubiera sido, yo qué sé, 'Solo motos'. Pero es que se trataba de 'In style'. Para los no duchos en la materia, se trata de una revista de moda femenina (fundamentalmente) cuya misión, amén de informar sobre 'lo trendy' (en fin, por qué no lo llamarán tendencias), es publicitar marcas y más marcas de cosméticos, ropa y zapatos.

Antes esto no pasaba. Las motos eran negociado masculino. A excepción de la Vespa, que siempre fue más para las chicas. Quizá por su diseño. Ahora se me viene a la cabeza, por ejemplo, la imagen de 'Vacaciones en Roma' en la que Audrey Hepburn y Gregory Peck (y por este orden) paseaban su amor por la bella ciudad italiana en este vehículo. Incluso ella se atrevió a tomar las riendas... toda una osadía para la época (no hay más que ver al fotógrafo).


Aunque luego llegaron los ochenta y el anuncio de 'Busco a Jacqs' (por cierto, si alguien sabe qué moto es la del spot... ¡que lo diga!). Las motos siempre han tenido cierto simbolismo erótico. Del cual, precisamente, se derivaba que las 'señoritas' no montaran a horcajadas primero, y luego que cabalgaran la noche en una Harley. Pero, al parecer, también están diseñadas de un modo "masculino", según dijo Philippe Starck cuando presentó su peculiar scooter.

Por fortuna, todo esto está cambiando. Y ahora es más normal ver a una chica con su moto. Es cierto que todavía se ve como algo exótico, pero la dificultad para circular por las ciudades y la necesidad de llegar rápido a los sitios está jugando un papel 'democratizador' en este asunto. Aún así, todavía queda mucho camino por recorrer, y ver a más 'pilotas' en las grandes carreras de Motociclismo, que haberlas, 'haylas'.

miércoles, 17 de junio de 2009

El amigo de Ángel Nieto

And the person of the week is... Paco 'El Pocero'. Hoy el amigo de Ángel Nieto llega a este blog de la mano de su equipo Onde 2000 Team, donde corre (o eso dice) Sete Gibernau. Creo que poca gente habrá en España que no sepa quién es este hombre, cuyo trabajo ha servido para poner a Seseña en el mapa, antes de que llegara la 4ª Concentración Nacional del Cluy YBR, claro.

Pero bueno, si hay algún despistado por ahí diremos que es un empresario madrileño del sector de la construcción que posee una de las mayores fortunas de España. Aunque no siempre fue así, porque su familia es de origen humilde y él mismo reconoció que su primera ducha se la dio en 1974 cuando se compró su primer piso. Sin embargo, lo que le ha hecho conocido en los últimos años es una urbanización que ha construido en Seseña con el nombre de Residencial Francisco Hernando (modesto ¿eh?).

Precisamente la promotora que gestiona este proyecto ha sido la que ha dado nombre a su equipo de Moto GP. Una escuadra que trabaja con Ducati, pero que en lo que llevamos de temporada no hemos visto mucho. Veremos qué ocurre en las próximas carreras, pero si Gibernau no se recupera de su lesión, poca tela hay para cortar... O mejor dicho, poco cemento para enladrillar.

miércoles, 10 de junio de 2009

Pol Espargaró

No sé si Karlos Arguiñano será motero. Pero que le gustan las motos está claro. Hoy el tío se ha quedado más ancho que largo en su programa diciendo que acaba de tener un ternerillo al que ha bautizado como Pol Espargaró. Y añade: "El piloto de 125 cc".

Y no queda ahí la cosa. Es que por lo visto no es la primera vez que tiene semejante idea. A los anteriores los bautizó con Randy Mamola, Crivillé, Sete Gibernau... Hombre, yo estaba acostumbrada a otra clase de nombres para estos nobles animales. Porque no me imagino a José Tomás toreando a... qué se yo... Kevin Schwanz.

Y como la historia me ha hecho gracia (sobre todo pensando en cómo va a bautizar a los 20 cerditos que acaban de parir sus tres gorrinas), le voy a elegir como personaje de la semana. No me digáis que no tiene gracia el jodío.

domingo, 31 de mayo de 2009

1.000 kilómetros

Dos días y 1.000 kilómetros. Con estas dos variables se construye el gráfico de mi fin de semana. Dentro de ellas, hay múltiples experiencias, anécdotas, risas, sustos... Algunos captados con mi cámara. Otros, grabados en mi retina.



Es la 4ª Concentración Nacional del Club YBR, celebrada en Seseña. Pero es mucho más que eso. Las presentaciones sinceras y espontáneas de cuando llegas. La familia. El sonido de las cámaras de fotos a cada momento. Los nombres. Las risas entre bromas y las bromas entre risas. Metal Bo. El rugir de los motores en Chinchón. Las ruta norte La imagen de ejército, todos con las camisetas puestas. El karaoke. Las curvas y las rectas, y más rectas, y más rectas... El calor en el Cerro de los Ángeles. Los petos amarillos. El cocidito madrileño y la 'pelota'. La ducha refrescante y regeneradora. El desayuno. Las maletas a reventar a la vuelta.